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No es fácil conservar la calma ante despliegues emocionales abruptos de otra persona, y menos cuando provienen de quienes amamos. Presenciar un berrinche nunca es fácil, y saber qué hacer en ese momento difícil puede apoyar a tu hijo a desarrollar habilidades de vida importantes para su auto-regulación futura.

Pero ¿qué es un berrinche?

Un berrinche es una explosión incontrolable de enojo que surge a partir de los esfuerzos fallidos del niño por controlar alguna situación y es normalmente seguido de llanto o tristeza. Difiere en intensidad de un ataque de frustración, que aunque surge por un mismo afán de obtener algo que el niño desea o controlar algo o alguien, no culmina con una explosión incontrolable sino queda en una fuerte queja con voz chillona pero sin lágrimas. El berrinche es un momento de gran intensidad emotiva que supera la capacidad del sistema para regularse.

¿Por qué sucede un berrinche?

Un berrinche sucede porque las conexiones cerebrales entre los centros superiores e inferiores del cerebro del niño no se han terminado de desarrollar o no están disponibles por falta de sueño, hambre o estrés. Algún detonante activa el sistema de alarma de los centros inferiores del cerebro desbalanceando el sistema de excitación del niño y liberando químicos relacionados con el estrés por todo el cuerpo.

¿Cómo conforto a mi hijo a través de un berriche?

Primero que nada, RESPIRA. Utiliza un lenguaje interno positivo como: “Respira, estás segura, puedes manejar esto”. Evita intervenir, en medida de lo posible, hasta sentirte en compostura; es decir, dueña de tus emociones y palabras para que tu intervención sea de ayuda. Esta pausa te ayudará a responder en vez de reaccionar y luego arrepentirte de tus actos. Ve la conducta de tu hijo como un pedido de ayuda, respira profundamente y mira a tu hijo con una mirada pacífica y amorosa.

Una vez que el cuerpo de tu hijo comience a relajarse, ofrece empatía mientras describes (sin juzgar) el lenguaje corporal y las acciones del niño. Etiqueta el sentimiento que detonó el berrinche diciendo algo como: “Te ves frustrado” (o enojado o furioso); y complementa validando la reacción emotiva.”Tú esperabas que te comprara el juguete”.

Cierra la intervención enseñando una nueva habilidad: “Es difícil no obtener lo que queremos inmediatamente, pero respira conmigo, puedes manejarlo.”

Guiar a tu hijo mientras desarrolla habilidades auto-regulatorias fortalecerá tus propias habilidades de auto-regulación, creará un ambiente seguro y un vínculo saludable entre ustedes y permitirá a tu hijo desarrollar un lenguaje interno sano que le permita auto-regularse y manejar sus emociones a lo largo de su vida.